ERGOTAMINAS

Cuando comienza una migraña, los vasos sanguíneos del cerebro se inflaman, lo que contribuye al dolor que acompaña al fuerte dolor de cabeza. Los médicos de migraña recetan ergotaminas a pacientes que necesitan un tratamiento de migraña crónica pero que no sufren de ataques frecuentes de migraña. Una vez que ha comenzado una migraña, las ergotaminas estrechan los vasos sanguíneos para aliviar el dolor. Las ergotaminas coinciden con los receptores 5HT, que se encuentran en los vasos sanguíneos del cerebro. Las ergotaminas reducen la inflamación para estrechar los vasos sanguíneos, quitando la presión de los vasos sanguíneos del tejido cercano y eliminando el dolor. Se pueden administrar mediante una inyección, un aerosol nasal, una tableta o un supositorio.

A veces se sabe que las ergotaminas son menos eficaces que los triptanos; sin embargo, para los pacientes que no responden a los triptanos, los médicos especializados en migrañas pueden recomendar la dihidroergotamina, que alivia algunas migrañas.

Aunque las ergotaminas pueden reducir en gran medida el dolor, aún persisten los riesgos para los pacientes que toman el medicamento. Las ergotaminas pueden causar efectos secundarios como irritación del estómago, calambres en el útero, hormigueo en la piel, somnolencia y mareos. El medicamento también puede dañar el revestimiento interno de los vasos sanguíneos. La dihidroergotamina puede incluso provocar efectos negativos, como diarrea. Los pacientes no deben tomar ergotaminas si padecen ciertas afecciones, como glaucoma, latidos cardíacos irregulares o enfermedad renal, así como muchas otras afecciones de salud.